Es una ciudad ubicada al sur del país, en el Golfo
de Aqaba y tiene una entrada del Mar Rojo. Es
la única ciudad portuaria de Jordania
y su localidad vecina es Eilat que pertenece a Israel.
Llegamos a Aqaba
por la noche y nos alojamos en el City Tower Hotel de 4
estrellas con muy buena ubicación.
Después de realizar el check-in y de tomar la cena, salimos
a conocer la vida nocturna de la ciudad. Visitamos alguna de sus zonas
comerciales y nos sentamos en una terraza para terminar el día.
Por la mañana teníamos ruta libre, por lo que cada persona
decidió hacer lo que más le apetecía.
En mi caso, me adentré en la medina de Aqaba. Visité la zona del zoco para hacer algunas compras
de souvenirs. Hablé con la amable gente local y finalmente estuve en la zona de
playa del Mar
Rojo en un chiringuito tomando una bebida típica de los países árabes a
base de menta y limón acompañado de una shisha.
Fue un día para relajarse, pasear, ver el mar y no tener en cuenta horarios. Después de unos días intensivos recorriendo el país, fue una buena opción para despedirse de Jordania antes de emprender en largo camino en autobús hasta el Aeropuerto de Amán para volver a España.
Aunque no tuve tiempo para hacerlo, es muy recomendable
realizar alguna actividad de buceo en el Mar Rojo y
disfrutar de sus impresionantes corales. Este tipo de actividades se pueden
contratar directamente en Aqaba
preguntando en el hotel donde os alojéis.
Era la primera vez que me apuntaba a un viaje organizado con
25 personas y la experiencia fue más que recomendable.
El personal del Instituto
Árabe gestionó todas las reservas relativas a este viaje. Desde los vuelos
a través de Royal Jordanian Airlines, proceso
de visado a realizar en el aeropuerto de Amán, hoteles de
hasta 4 estrellas, guía de habla hispana, autobús privado para desplazamientos
desde el aeropuerto y recorrido por el país.
Amán
Llegamos al Aeropuerto
Internacional de la Reina Alia en Amán, donde nos
gestionaron directamente el proceso de visado. Allí nos estaba esperando el
conductor de nuestro autobús y fuimos trasladados al Hotel Sadeen donde pasaríamos la primera
noche. Aunque ya eran cerca de las 23:00 horas, tuvimos opción a tomar una cena
en el propio hotel.
Cuando terminamos de cenar, nos empeñamos en buscar algún sitio donde poder tomar una cerveza, y después de andar un buen rato encontramos un hotel con una sala tipo discoteca, donde servían alcohol. Eso sí, a precios mucho más elevados que lo que puedes pagar en España. No olvidemos que el alcohol tiene una tasa de impuestos muy alta en los países musulmanes.
Por la mañana, después de tomar un desayuno de buffet libre
en el Hotel Sadeen, comenzamos
nuestro recorrido por Amán. Primeramente, nos dirigimos a una casa de cambio para
cambiar nuestros euros por el Dinar Jordano y que
actualmente el cambio es de 1 EUR = 0,81 JOD.
La primera visita de interés cultural fue a la Ciudadela de Amán,
Jabal al-Qal’a en árabe. Es un lugar
histórico ubicado el centro de Amán donde podrás encontrar importantes restos
de las diferentes civilizaciones que pasaron por allí – persas, asirios,
babilonios, griegos o romanos –
La Ciudadela de Amán se encuentra en una colina, lo que te permite disfrutar de unas excelentes vistas panorámicas de la capital jordana. También podrás ver el Teatro Romano de Amán, cuya visita es obligatoria.
La siguiente parada tuvo lugar en el Teatro Romano de
Amán. Cuenta con un aforo para 6.000 personas, siendo uno de los lugares
históricos más recomendados para visitar en Amán. Su origen
data de la época romana cuando la ciudad era conocida bajo el nombre de
Filadelfia.
Actualmente el teatro se utiliza para la celebridad de
diferentes eventos organizados por la capital jornada.
En el noroeste de Jordania, a 48 kilómetros de Amán y muy próxima
a la frontera de Siria,
se ubica la ciudad de Jerash
o Gerasa.
Es una visita obligada dentro de la ruta que decidas hacer por el país. La ciudad pertenece a la Decápolis, siendo un grupo de diez ciudades de la frontera oriental del Imperio Romano, en el sureste del Levante Mediterráneo. Cuenta con una de las ruinas romanas mejores conservadas dentro de Oriente Medio y es considerada como un rival para el enclave arqueológico de Petra.
Es recomendable que alguien te explique algún detalle sobre su historia, por lo que puedes contratar un guía o si lo prefieres también puedes realizar la visita por tu cuenta.
Por la mañana, tuvimos la oportunidad de visitar la basílica
ortodoxa griega de San Jorge. En su interior se halla el mapa de Madaba siendo la
representación cartográfica en mosaico más antigua de Jerusalén
y la Tierra
Santa que se conserva a día de hoy.
Basílica ortodoxa de San Jorge
Mosaico-Mapa de la era Bizantina
Representación del mapa de Jordania en mosaico
Madaba es
un buen lugar para realizar algunas compras, ya que encontrarás precios más
económicos que en otras ciudades del país, aunque nunca olvides regatear en un
país árabe.
De camino al Monte Nebo y a pocos minutos de Madaba, paramos en un taller de mosaicos donde tuvimos una completa explicación en castellano. Nos ofrecieron la oportunidad de ver una demostración de cómo realizan sus trabajos artesanos. Posteriormente accedes a la zona de tienda donde puedes encontrar múltiples productos para comprar. Merece la pena detenerse un tiempo en este lugar y al menos tener una noción de esta labor artesana que incorpora tanto detalle en su elaboración.
Taller de artesanía en mosaico
Monte Nebo
Se trata de un pico de 817 metros ubicado en las cercanías del Mar Muerto, siendo un lugar sagrado donde según cuenta la Biblia, el profeta Moisés divisó la Tierra Prometida antes de morir.
El Monte Nebo tiene vistas de la cuenca próxima al Mar Muerto y los Territorios Palestinos. Podréis encontrar una enorme piedra de forma circular “The Abu Baab” que significa la puerta del padre en árabe. Existen diferentes teorías sobre su origen, pero la mayoría de ellas apuntan a que se trata de una piedra muy similar a la que rodaba por el sepulcro de Jesucristo.
The Abu Baab
Piedra en memoria de Moisés
Allí mismo podéis visitar la Basílica Bizantina de Moisés,
lugar donde se dice que está enterrado el profeta. En su interior podéis contemplar
los mosaicos que todavía se conservan en muy buen estado.
Basílica Bizantina de Moisés
Frente al santuario podéis encontrar el monumento de la
serpiente de bronce, que representa simboliza la serpiente que llevó a Moisés
por el desierto y la propia cruz en la que Jesús fue crucificado.
Como todos sabréis, se trata de un lago salado ubicado entre Jordania, Palestina e Israel. Aproximadamente tiene unos 80 kilómetros de largo y un ancho de unos 16 kilómetros.
Las aguas del Mar Muerto se componen de múltiples minerales. El alto contenido de salinidad del lago, hace que tu cuerpo flote por completo cuando te sumerges en el agua.
En las orillas del Mar Muerto encontraréis unos pilones donde hay una especie de barro de color negro y que recomiendo os apliquéis en en el cuerpo y en la cara antes de daros un baño. Después del baño tendréis una piel muy suave y habréis eliminado muchas impurezas de la piel.
Se recomienda tomar un baño de unos 15 minutos y tenéis que tener mucho cuidado de no dejar entrar ni una gota de agua en los ojos. De ser así, lávate inmediatamente los ojos con agua mineral. Allí tenéis duchas de agua dulce para eliminar el exceso de sal de vuestro cuerpo.
Dentro de nuestro tour también teníamos incluido el acceso al Dead Sea Spa Resort, donde pudimos disfrutar de las piscinas después de flotar en el Mar Muerto y antes de emprender nuestro viaje a Petra.
Fue un largo camino en autobús desde el Mar Muerto hasta la localidad de Wadi Musa, la más próxima al enclave arqueológico de Petra.
En Wadi
Musa nos alojamos en el Petra
Nights Hotel de 3 estrellas y aunque en el tour teníamos la visita a Petra incluida para el día
siguiente, allí mismo nos ofrecieron la posibilidad de visitar el tesoro de Petra por la noche. La mayoría
del grupo de alumnos del Instituto
Árabe no dudamos en aceptar la propuesta. Tuvimos que pagar 50 €
adicionales, pero indudablemente es algo que merece mucho la pena y que no te
arrepentirás de hacer.
Después de realizar el check-in y tomar la cena en el hotel,
el autobús nos acercó hasta la entrada al enclave arqueológico de Petra.
Realizamos un camino de casi 2 kilómetros andando. El desfiladero
estaba iluminado por velas y candelabros. La emoción de llegar hasta el Tesoro de Petra, hace
que no te puedas detener en el camino.
Llegar y ver el impresionante Tesoro de Petra por la
noche, completamente iluminado, sí hace que te quieras detener en el tiempo. El
Tesoro de Petra o
también conocido en árabe como Al-Khazneh, tiene unos
40 metros de altura 28 metros de ancho. Se construyó probablemente en el siglo
I a.C. por el rey nabateoAretas III. Su diseño fue excavado directamente en la característica
roca de color rojo anaranjado.
Allí nos sentamos a degustar un rico té a la menta de estilo
beduino mientras pudimos escuchar música en directo con instrumentos y voz.
La visita al Tesoro de Petra por la
noche es una experiencia mágica y totalmente recomendable dentro del tour que
hagas por Jordania.
Por la mañana volvimos a visitar el enclave arqueológico de Petra al completo. Tuvimos una detallada
explicación en castellano sobre algunos edificios antiguos, tumbas rupestres y
templos.
El final del recorrido termina con la llegada al Monasterio o también conocido
como el Deir en árabe. Se
trata del segundo monumento más conocido en el enclave arqueológico de Petra por detrás del
Al-Khazneh.
De igual modo que el Tesoro de Petra es un
monumento excavado y esculpido en piedra, construido por los nabateos en el
siglo I en honor a Obodas I tras su muerte. Mide aproximadamente 50 metros de
ancho y 45 metros de alto.
Era tiempo de volver al punto inicial del enclave arqueológico de Petra, para hacer una parada en el hotel a recoger nuestros equipajes y emprender la siguiente ruta en autobús hasta el Desierto del Wadi Rum.
Wadi Rum
El Desierto del Wadi Rum, también conocido como el Valle de la Luna, es uno de los lugares más impresionantes que he visitado junto al enclave arqueológico de Petra.
Se trata de un valle desértico ubicado en una región montañosa
en el sur de Jordania,
formada por granito
y arenisca.
Lo más recomendable y como ya teníamos incluido en nuestro
tour, visitamos el Wadi Rum
en 4×4, repartidos en pequeños grupos. Sugiero que dejéis conducir directamente
a los locales, ya que os llevarán a los mejores sitios dentro del desierto y
como expertos en conducir, evitaréis quedaros atrapados en la arena.
Es un lugar espectacular para realizar fotografías y
tendréis tiempo suficiente para hacerlas. Su arena es particular, de color rojizo
que se mezcla con los pilares marrones de montañas rocosas y algunos arbustos que
forman parte del habitad.
Bajaréis del 4×4 con ganas de más después de haber
descargado muchísima adrenalina. También tenéis la opción de hacer una ruta en
camello, pero que yo personalmente decidí no hacer.
En el Wadi Rum se hayan jaimas de beduinos donde podéis comprar algunos souvenirs y además te invitarán a un té que no podéis rechazar. Aunque en nuestro tour no teníamos incluida la opción de pasar la noche en el desierto, existen algunos tours que sí incluyen pasar una noche allí. Sin duda es algo que recomendaría después de haber pasado unas horas en este maravilloso lugar en el sur de Jordania.
Un desierto bastante diferente a otros que hayáis podido visitar. Nos despedimos del Wadi Rum con un baile de música típica y los simpáticos beduinos. Fue un momento muy agradable y divertido antes de continuar nuestra ruta hasta la ciudad de Aqaba.
Aqaba
Es una ciudad ubicada al sur del país, en el Golfo de Aqaba y tiene una entrada del Mar Rojo. Es la única ciudad portuaria de Jordania y su localidad vecina es Eilat que pertenece a Israel.
Llegamos a Aqaba
por la noche y nos alojamos en el City Tower Hotel de 4
estrellas con muy buena ubicación.
Después de realizar el check-in y de tomar la cena, salimos
a conocer la vida nocturna de la ciudad. Visitamos alguna de sus zonas
comerciales y nos sentamos en una terraza para terminar el día.
Por la mañana teníamos ruta libre, por lo que cada persona
decidió hacer lo que más le apetecía.
En mi caso, me adentré en la medina de Aqaba. Visité la zona del zoco para hacer algunas compras
de souvenirs. Hablé con la amable gente local y finalmente estuve en la zona de
playa del Mar
Rojo en un chiringuito tomando una bebida típica de los países árabes a
base de menta y limón acompañado de una shisha.
Fue un día para relajarse, pasear, ver el mar y no tener en cuenta horarios. Después de unos días intensivos recorriendo el país, fue una buena opción para despedirse de Jordania antes de emprender en largo camino en autobús hasta el Aeropuerto de Amán para volver a España.
Aunque no tuve tiempo para hacerlo, es muy recomendable
realizar alguna actividad de buceo en el Mar Rojo y
disfrutar de sus impresionantes corales. Este tipo de actividades se pueden
contratar directamente en Aqaba
preguntando en el hotel donde os alojéis.