Es una ciudad ubicada al sur del país, en el Golfo de Aqaba y tiene una entrada del Mar Rojo. Es la única ciudad portuaria de Jordania y su localidad vecina es Eilat que pertenece a Israel.
Llegamos a Aqaba por la noche y nos alojamos en el City Tower Hotel de 4 estrellas con muy buena ubicación.
Después de realizar el check-in y de tomar la cena, salimos a conocer la vida nocturna de la ciudad. Visitamos alguna de sus zonas comerciales y nos sentamos en una terraza para terminar el día.
Por la mañana teníamos ruta libre, por lo que cada persona decidió hacer lo que más le apetecía.
En mi caso, me adentré en la medina de Aqaba. Visité la zona del zoco para hacer algunas compras de souvenirs. Hablé con la amable gente local y finalmente estuve en la zona de playa del Mar Rojo en un chiringuito tomando una bebida típica de los países árabes a base de menta y limón acompañado de una shisha.
Fue un día para relajarse, pasear, ver el mar y no tener en cuenta horarios. Después de unos días intensivos recorriendo el país, fue una buena opción para despedirse de Jordania antes de emprender en largo camino en autobús hasta el Aeropuerto de Amán para volver a España.
Aunque no tuve tiempo para hacerlo, es muy recomendable realizar alguna actividad de buceo en el Mar Rojo y disfrutar de sus impresionantes corales. Este tipo de actividades se pueden contratar directamente en Aqaba preguntando en el hotel donde os alojéis.